El PRD en la peor crisis de su historia


Ni el bejaranazo provocó tanto daño.

El tono Alfonso Ramírez Cuellar en reflejaba la vergüenza que sentían no pocos perredistas ante el bochornoso espectáculo que el partido ofreció al país durante las elecciones internas para renovar la dirigencia nacional y las estatales.

El derrotado candidato del Movimiento por la Democracia planteaba una disculpa pública al pueblo de México, y a los militantes del PRD, por lo sucedido durante y después del cuestionado proceso electoral interno, que tiene al partido sin presidente electo, dos semanas después de que más de un millón 200 mil militantes acudieran a las urnas para elegir al sucesor de Leonel Cota. “Es lo mínimo que nosotros tenemos que hacer”, recalcaba el desolado barzonista.

No era para menos. El PRD está inmerso en la peor crisis de sus 18 años de existencia. La disputa por el control de ese fetiche –así lo llama el inefable Pablo Gómez—que es la presidencia nacional del partido, llevó a chuchos y encinistas a cometer las peores tropelías en el proceso del pasado 16 de marzo.

La polarización en la lucha poselectoral ha sido tal, que hasta la policía capitalina fue llamada para resguardar el edificio de Monterrey 50, habilitado como centro de cómputo, para evitar su ocupación por los partidarios de Alejandro Encinas, el candidato de López Obrador, o de Jesús Ortega, de Nueva Izquierda.

El mismísimo Cuauhtémoc Cárdenas, fundador del partido, no tuvo más remedio que salir a descalificar el cohinero, y proponer el nombramiento de un interino, para salvar la imagen del partido que fundó en 1989. La elección interna “ha llegado a grados tales de desaseo y confrontación, que exhiben lo extremo de su degradación y reclaman de sus miembros acciones drásticas y decisivas”, advierte el ingeniero, en una carta dirigida a la militancia del partido.

Pero nadie le hizo caso. Su tiempo ya pasó.

La salida a los problemas de fondo no se ve por ningún lado. La unidad amarilla esta seriamente quebrantada. El prestigio del partido por los suelos. Ni el bejaranazo les ha hecho tanto daño interno y externo, admite la ex diputada federal Eliana García, integrante del movimiento de los Cívicos, una de las tribus del PRD.

No hay perredista que no esté conciente de que el conflicto tendrá un costo muy grande en términos de votos. El amarillo dilapidó el capital político acumulado co0n tanto esfuerzo. Una encuesta publicada por Maria de las Heras en Milenio Diario, ubica a ese partido de izquierda en apenas un 17 por ciento en la intención de voto. El sondeo coloca primero al PRI, con un 29 por ciento; y luego al PAN, con un 27 por ciento.

Los vaticinios para el amarillo en medios académicos tampoco son muy alentadores, ni siquiera entre analistas que simpatizan con la izquierda, y que la han estudiado por décadas. El maestro Octavio Rodríguez Araujo escribió en la Jornada (27-04-08):

“Ningún arreglo cupular salvará (al PRD) del desprestigio que sus dirigentes y grupos de incondicionales promovieron en la pasada elección interna. Podrán resolver la elección “limpiándola” (cualquier cosa que esto signifique), podrán incluso negociar los cargos en disputa, pero lo que no podrán hacer será unir su partido, no realmente.

“Se han dicho entre ellos tantas cosas, algunas muy duras, que difícilmente se restañarán las heridas abiertas en el proceso. El PRD está, si no polarizado, sí dividido, y quizá más que antes en su todavía corta historia”, subraya el académico.
* * *
Al cierre de esa edición el conflicto seguía atorado. El jaloneo se centraba en el si o no al Consejo Nacional del partido, convocado por Camilo Valenzuela, otro de los aspirantes derrotados en las elecciones del 16 de marzo. El presidente saliente del partido, Leonel Cota, empleado de López Obrador, se empeñaba en evitar su realización.

En los corrillos del partido se extendía la versión de que el legitimo habría planteado a Nueva Izquierda la anulación de los comicios y la elección de un interino, no para respaldar la “solución Cárdenas”, sino para evitar aparecer como el gran derrotado de los comicios, las fuentes dicen que el hombre de Macuspana ha comentado en corto que un triunfo de Ortega lo debilitaría como líder del movimiento por la defensa del petróleo que utiliza para promoverse políticamente. “Andrés Manuel está dispuesto a sacrificar a Encinas, con tal de no aparecer como perdedor”, aseguro un colaborador del candidato de Nueva izquerda.

El temor de los chuchos se origina en la posibilidad de que los encinistas optaran por forzar la renuncia de Arturo Nuñez, presidente del Comité Técnico Electoral y, por esa vía, tronar la elección. “Puede haber anulación de facto”, advierte un diputado de Nueva Izquierda.

Ya se habla de los posibles aspirantes a la presidencia interina. Entes los mencionados están Lázaro Cárdenas Batel y Ricardo Monreal Ávila. Este ultimo seria la apuesta de López Obrador. El nieto del general la opción del perredismo moderado.

Obviamente ni Ortega, ni Encinas aceptan esa posibilidad. El ex jefe de gobierno del DF manifestó que va a aportar todo lo que este a su alcance para que el proceso se concluya, se cierre de acuerdo a los lineamientos, y desde luego, se limpie.

El senador Graco Ramírez, coordinador de la campaña de Jesús Ortega, aseguró a este semanario que el candidato de Nueva Izquierda no va a negociar un resultado “que le favorece” advertía que irá hasta las últimas consecuencias, para que se respete la voluntad de los perredistas en las urnas.

Ya se habla de los posibles aspirantes a la presidencia interina. Entes los mencionados están Lázaro Cárdenas Batel y Ricardo Monreal Ávila. Este ultimo seria la apuesta de López Obrador. El nieto del general la opción del perredismo moderado.

El experimentado legislador Pablo Gómez, de la corriente Movimiento por la Democracia, en un juego de palabras con mensaje de fondo, auguraba que la disputa interna “se va a resolver de una manera u otra, pero una vez que se resuelva, no se habrá resuelto nada”.

Presidente interino del PRD durante ocho meses, a raíz de otro cochinero registrado hace ya años, Gómez Álvarez precisa que no habrá arreglo interno, hasta que los distintos grupos y corrientes que componen la Revolución Democrática lleguen a un acuerdo de procedimientos y formas de ser. “Hay que echar fuera del partido a la escoria ruidosa y descarada”, puntualizaba el parlamentario.

-- ¿Y quien es la escoria ruidosa?—atajamos a Gómez.

-- Los que hicieron su desmadre en Tuxtepec y Tamaulipas—eludió el senador.

Pablo es partidario de la propuesta, hecha por Ramírez Cuellar, de preparar una Asamblea Nacional Constituyente de la izquierda en el país. La propuesta dice que quien quede de presidente en el partido, debe poner todo su esfuerzo, mostrar una disposición completa, incluido la renuncia a su nombramiento, para realizar este año una asamblea nacional constituyente, donde el PRD ponga a disposición su registro. “Necesitamos bases políticas nuevas y el compromiso de hacer”, subraya Gómez.

Ramírez Cuellar, por su parte, considera la asamblea nacional deberá ser organizada no solo por el partido, sino también por mucha gente que está fuera del PRD, pero que pertenece al movimiento democrático”.

Rene Arce es reconocido como el jefe de Nueva Izquierda en el DF. Ha participado activamente en el conflicto poselectoral del PRD, al lado de Jesús Ortega. El senador reconoce que su partido atraviesa por una crisis sin precedente, y no descarta la posibilidad de que pudiera registrarse una “separación pactada”

“En el PRD estén enfrentadas dos formas de hacer política, la del partido movimiento (representada por Encinas) y la del partido institución (por Jesús Ortega). Eso, además de que está en disputa la franquicia del partido. El hecho de que quede un ganador no va a impedir que sigan los grupos. Tenemos que debatir el punto.

“Lo peor que podemos hacer es quedarnos como si nada hubiese pasado”, sintetizó Arce.

“Confunden la Cámara con un burdel”

El caso Mouriño revienta en San Lázaro.

La Cámara de Diputados vivió una de las semanas más calientes desde la toma de protesta de Felipe Calderón, el primero de diciembre del 2006. El caso Mouriño y la elección interna del PRD contaminaron los trabajos de la sexagésima legislatura, y nos volvieron a mostrar el bajo nivel de nuestros legisladores.

Diputados del Frente Amplio Progresista (FAP) ocuparon la tribuna un par de veces, en menos de 48 horas, entre gritos, ofensas y descalificaciones. La sesión tuvo que ser suspendida en ambas ocasiones por falta de quorom, cuando si lo había. Los diputados del PRD se abstenían de votar deliberadamente, para reventar el debate legislativo, y frenar la nueva ley del INEGI, ahora INEG.

La legisladora de Convergencia, Layda Sansores, convertida en la atracción de la semana, encabezó, megáfono en mano –le habían cortado el sonido--, la primera toma de tribuna. Una veintena de diputados obradoristas acompañaron en la manifestación a la hija del cacique campechano Carlos Sansores Peres, al grito de “¡Mouriño va a caer…!”.

Los panistas, desde las curules, le dedicaban toda clase de lindezas a la campechana. “¡Tubo! ¡tubo…! o “esas bubis son piratas, pónchenlas”, le gritaban. La Sansores les cobró las ofensas. “Misóginos vulgares…”, les dijo 24 horas después.

Y luego de identificar, uno a uno, a sus ofensores en los videos tomados por las cámaras internas, alargó su tiempo en tribuna para, dijo, pedir explicaciones de las ofensas que le hicieron Pero más que pedir explicaciones, devolvió las ráfagas verbales a los azules. ”patanes”, “corruptos, repitió, antes de identificarlos, uno a uno: Gerardo Antonio Escaroz, Violeta del Pilar Lagunas, Francisco Domínguez.

Especial atención le dedicó a Guillermo Fuentes Diaz, el “creativo del grupo.”. “Le aprendió muy bien a su góber precioso, porque él es de Puebla, y confunde la Cámara con un Burdel. Quiero decirle que personas como usted, que alardean de machos denigrando a la mujer, terminan por exhibir también sus problemas personales. Estudios sicológicos demuestran que suelen ser impotentes sexuales y moralmente muy cobardes”, dijo.
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La cereza del pastel se produjo el jueves 12 de marzo. Una abigarrada escena era síntesis las tensiones vividas durante toda la semana en San Lázaro. Mantas, pendones y pancartas, de todos tamaños, de todos colores, eran levantadas por diputados del Frente Amplio Progresista, que habían tomado la tribuna por segunda vez en menos de 48 horas.

El tema de debate era la creación de la Comisión de Investigación para Conocer la Legalidad de los Contratos de Pemex Refinación, de 1997 a la fecha. Los diputados del FAP, quienes juntaron las 137 firmas para solicitar la Comisión, habían declinado participar. ¿La razón? “Es la comisión de los amigos de Mouriño”, alegaban

“¿Manos Limpias?” Preguntaban los del FAP en una leyenda escrita en letras azules sobre una manta, y desplegada en la tribuna del salón de sesiones. “Por el bien de la Nación, Mouriño tiene que ser investigado y sancionado”, se leía en otra.

Uno de los pendones mostraba la cara del secretario de Gobernación, con una gorra de pirata; Otro, plasmado en forma de viejo cartelón de cine, a aparecía la cara de Mouriño, junto a la de Felipe Calderón, parche en el ojo, y el titulo: 20 mil lenguas bajo el fondo de Mouriño. Walt Bisney”.

Las mantas mayores se referían a la reforma energética: “No a la Pripanización de PEMEX”, y “Todos al Zócalo el 18 de marzo”

La presidenta de la mesa directiva, Ruth Zavaleta, había dado lectura, momentos antes, al punto de acuerdo por el cual se constituía la Comisión de Investigación para Conocer la Legalidad de los Contratos de PEMEX Refinación, de 1997 a la fecha.

Javier González Garza, coordinador de la fracción del PRD, estaba en el uso de la palabra para detallar las razones por las cuales no integrarían la Comisión que supuestamente investigará los contratos que Mouriño firmó con PEMEX, como apoderado legal de la empresa Ivancar, cuando ya era diputado y funcionario de la Secretaria de Energía.

“No vamos a participar en esta comisión, porque efectivamente, como decía la compañera Layda: ya sabemos lo que va a pasar, y no vamos a ser tapaderas de eso. Que se siga discutiendo. Hagan su comisión, está muy bien”, decía El Güero

Abundaba, “el Grupo Parlamentario del PRD, y por supuesto, los grupos parlamentarios del Frente, nos vamos a declarar en alerta para esta situación. ¿Qué quiero decir? Vamos a discutir con nuestras organizaciones políticas, porque lo que estamos viendo es hacia dónde va esta situación. Se quiere defender a un funcionario, porque probablemente piensen que si no, la reforma que viene (energética) va a entrar en dificultades.”

Apenas terminó de hablar González Garza, los diputados del FAP, bautizado ya como el Frente Obradorista de División Nacional, desocuparon la tribuna y se retiraron del salón de sesiones. “Ya se va el circo y los payasos”, lanzó con alivio, desde su curul, uno de los diputados del PAN.

Solo dos legisladores de Convergencia permanecieron en la tribuna, Layda Sansores y Alberto Esteba. Esperaban al siguiente orador: Héctor Larios, presidente de la Junta de Coordinación Política, y coordinador de la bancada del PAN.

Larios se subió a la tribuna. De inmediato los convergentes se colocaron a sus espaldas y levantaron las pancartas de “Mouriño pirata”. Los panistas de base se calentaron. No les faltaban ganas de bajarlos, pero la instrucción era clara, precisa: no responder a las provocaciones.

Obdulio Ávila, uno de los dos panistas que integran la Comisión Mouriño, comentaba la actitud del FAP. “Cuando uno se trepa a la tribuna para impedir que se continúe con la sesión, cuando hay más juicios de valores que argumentos, lo único que está en juego es el ocultamiento de que faltan argumentos para defender una posición.

“Hemos visto un PRD tribalizado, un PRD que no hace gala de ninguna norma parlamentaria, de ninguna norma mínima para procesar sus diferencias con todas las demás bancadas”, lamentaba.

Mientras, en tribuna, Larios fijaba la posición del blanquiazul: “Estamos a favor de la comisión, en primer lugar, porque confiamos plenamente en el señor Secretario de Gobernación, pero también tenemos la convicción de que los funcionarios públicos deben estar bajo el escrutinio y el contrapeso del Poder Legislativo.

“Es importante que se concluya esta investigación y que permita que esta Cámara discuta los temas centrales para el país. Que se instituya la Comisión , que investigue a fondo, tiene un amplio espectro en donde investigar, y que mientras, esta Cámara pueda deliberar y debatir cómo soltamos las amarras que detienen el crecimiento al ritmo del potencial que tiene este país, para crear los empleos de calidad y bien pagados que los mexicanos necesitan”

La actitud del PRI había sido cambiante a lo largo de la semana. Un día se manifestaban en contra, y al día siguiente a favor. Terminaron apoyando la creación de la comisión, con el argumento de que hay que procesar las diferencias por la vía institucional. “No se puede asumir una posición del todo o nada”, argumentó Emilio Gamboa, coordinador de la fracción tricolor, en abierta critica al Frente Amplio.

Uno de sus diputados, Luís Enrique Benitez, comentó a este semanario. “El PRD, de manera sistemática, por estrategia, ha subido a la tribuna temas que nada tienen que ver en el orden del día: Juan Camilo Mouriño, Reforma Energética, y hasta una conversación entre Emilio Gamboa y Kamel Nacif. Son formas de aprovechar la tribuna para expresar opiniones de carácter político”, dijo.

Benítez le pidió a la presidenta de la mesa directiva, Ruth Zavaleta, que llamara al orden a los perredistas. “Ya hemos dado bastante espectáculo esta semana, como para seguir haciéndolo”, puntualizó.

Apenas terminó el panista de fijar postura, se votó la integración de la mutilada Comisión. Quedaron dos legisladores del PAN, uno del PRI, uno de Nueva Alianza, otro del Verde, y uno mas de Alternativa. Seis en total, Los denunciantes del PRD, PT y Convergencia brillaban por su ausencia.

El diputado del Verde, Carlos Puentes, elegido presidente de la Comisión, había sido cuestionado por Javier González Garza durante su intervención. Trabajó como enlace de la presidencia de la República con los medios de comunicación ¡en el sexenio de Vicente Fox! El legislador del PVEM solicitó la palabra para anunciar que declinaba al nombramiento “para no obstaculizar la investigación”. Fue substituido por Javier López Adame, también del Verde, quien gustoso aceptó la presidencia.

La historia se remontaba al martes 4 de marzo. 137 diputados del Frente Amplio Progresista presentaron ante el pleno una proposición con punto de acuerdo para integrar la Comisión Mouriño. Basaban su petición en el artículo 93 constitucional, que garantiza el derecho de las minorías a pedir la integración de las comisiones investigadoras.

La solicitud abarcaba la investigación de todos los contratos suscritos con PEMEX, la CFE y Luz y Fuerza del Centro con terceros, lo que no parecía viable. Los diputados hubieran tenido que revisar montañas y montañas de papeles.

La perredista Valentina Batres, obradorista convencida, una de las diputadas que provocaron la suspensión de las sesiones (permaneció en tribuna alrededor de dos horas) explicó, a su modo, lo sucedido esta semana en San Lázaro.

“Lo que ha provocado todo esto es la necedad, la falta de transparencia, la falta de voluntad política de parte de la coordinación del PAN y del PRI, de que avance a Comisión de Mouriño. Lo que hay en el fondo es la Comisión para investigar los contratos y a los cómplices de Mouriño.”, aseveró.

Hay que crear las condiciones de la “aceptabilidad de la derrota”.

Leonardo Valdés Zurita tiene 55 años. Los cumplió el pasado 19 de febrero. Tenia apenas 12 días como consejero presidente del IFE. Ese ha sido el regalo de cumpleaños más inesperado y hermoso que ha recibido en su vida.

Una serie de acontecimientos inesperados --vetos y no votos-- lo llevaron a la silla que dejó vacante Luís Carlos Ugalde. Nadie daba un peso por Valdés. Lo sabe. Genaro Góngora Pímentel, Mauricio Merino, Jorge Alcocer, encabezaban todas las listas. Eran las primeras opciones de los partidos. Pero tenían facturas pendientes con unos y otros.

Eso le abrió a Valdés la puerta del edificio de Periférico y Viaducto. Su vida cambió radicalmente con el nombramiento. De ser un profesor universitario que llevaba una vida relativamente sosegada en Leion, Guanajuato, pasó a ser funcionario público, con una enorme cantidad de compromisos.

Valdés Zurita es un hombre educado en los valores de la izquierda. Su lenguaje, sus convicciones, delatan una gran sensibilidad social. Cualquiera diría que es egresado de la UNAM o el Politécnico. Pero no. Estudió licenciatura la Universidad Anáhuac, reservada para los ricos. “Mi familia era de la clase media alta”, confiesa, casi con rubor.

Muchos de los compañeros de su partido –militó en el PMT de Heberto Castillo y en el PMS-- le preguntaban las razones por las que, siendo un hombre de izquierda, estudio en una universidad burguesa.

“En esa universidad privada nos dieron clases muy buenos maestros. Aprendimos que había una gran desigualdad social. Desde entonces tengo la convicción de que este país tiene una enorme riqueza económica, pero que está mal distribuida”, explica.

Hay incluso una anécdota de su adolescencia que pocos conocen. A los 15 años tuvo que abandonar la Ciudad de México. Su familia lo mandó para Monterrey, alarmada por el grado de involucramiento de Leonardo en el trágico movimiento estudiantil de 1968.

Ese año, Valdés fue testigo del bazucazo del Ejército a las puertas de la preparatoria número Uno. Estaba dentro del plantel. Andaba en “la bola” como representante de su secundaria.

Leonardo no es un improvisado. Es doctor en Ciencia Social del Colegio de México y ex consejero del Instituto Electoral del DF. Tiene más de 20 libros publicados sobre temas electorales. Fue responsable del área electoral de la Universidad Autónoma Metropolitana y, como tal, prsto asesoría a Carlos Medina Plascenia, entonces gobernador interino de la Guanajuato, para sacar adelante su reforma electoral.

Los radicales del PRD le reprochan haberse opuesto al registro de Andrés Manuel López Obrador cuando era consejero electoral en el DF, por considerar que no cumplía con la residencia requerida. El estatuto del gobierno del DF dice que para los no nacidos en el DF se requiere una residencia ininterrumpida de 5 años “y no los cumplía”.

-- Llega al IFE en época de crisis y bajo sospecha de que el Instituto se pondrá al servicio de los partidos. ¿Qué responde?

--Lo que encontré a mi llegada es que el Instituto está trabajando, a pesar de la crisis. Eso sí, con un ambiente de incertidumbre, no sólo entre los trabajadores –‘hasta mi chofer me preguntó si se iba a quedar a trabajar” –sino en toda la institución.

Pero tengo la impresión de que a partir del 7 de febrero –fecha de su llegada y la de otros dos consejeros-- -- el Instituto empezó a asentarse. Esa inquietud de funcionarios y trabajadores comienza a superarse. Entramos en un estado de normalidad. Eso es muy importante, por las responsabilidades que tenemos

Todavía hay pendientes de la elección de 2006; todavía hay pendientes producto de la reforma constitucional y legal del 2007, y por supuesto, la prioridad máxima, organizar los trabajos organizativos para que para que en octubre arranquemos un proceso electoral que debe ser exitoso.

-- Antes de que usted llegara al IFE eran públicas las divisiones entre los consejeros. Cuatro formaban un bloque; los otros cuatro otro bloque. ¿Cómo va este asunto?

--Eso se ha diluido. No solo porque Marco Antonio Baños, Benito Nacif y yo hemos llegado con el ánimo de colaborar y trabajar para construir consensos, sino porque el resto de los consejeros han puesto un esfuerzo importante. Hemos estado trabajando con mucha frecuencia los nueve consejeros, buscando acercar nuestras posiciones.

“Eso se ha reflejado en las votaciones que, por supuesto, no han sido unánimes. Los nueve estamos unidos en torno al compromiso que tenemos, pero en la democracia, la unidad no significa uniformidad. Hemos logrado construir decisiones altamente mayoritarias. Ninguno de los consejeros ha perdido o ganado sistemáticamente las votaciones. Yo diría que no hay bloques. Hoy podemos hablar del bloque de los nueve consejeros.

Sin mediar pregunta, el presidente consejero aborda el tema del polémico artículo 134 constitucional. Recuerda que en su último párrafo dice que será en las leyes secundarias donde se normaran los criterios para tramitar las querellas y sancionar las violaciones a la Constitución.

“Una de esas leyes se llama Cofipe. Ya está aprobado. Establece las prohibiciones para época electoral; incluso se abre el proceso sancionador.
Lo que no está resuelto es para épocas no electorales. Allí hay dos elementos sobre los cuales se tiene que reflexionar. Lo tiene que hacer el Consejo General del IFE, pero también el Poder Legislativo.

“¿Cuáles son esos dos elementos? Uno: En términos de principios de equidad en la competencia, el IFE puede considerar que la promoción personalizada de los funcionarios, usando recursos públicos, puede convertirse en un acto anticipado de campaña.

“El Cofipe en eso es claro: si una persona hizo actos anticipados de campaña, el IFE no le puede otorgar su registro como candidato. Esa ruta está amarrada con el concepto de equidad en la contienda. El IFE tiene esas facultades

“¿Cuándo las puede aplicar? En el momento de la solicitud de registro de las candidaturas. Ese es un asunto que se tiene que tener presente, y que hay que normar con mucho cuidado, para que a todo mundo le quede claro que allí hay un riesgo: un funcionario público, que utiliza recursos públicos para hacer difusión de su imagen, de su rostro, de su voz, se puede poner el mismo en el supuesto de acto anticipado de campaña.

-- ¿Marcelo Ebrard y Enrique Peña Nieto estarían en ese riesgo?

-- No solo ellos, sino todos los funcionarios públicos que, en tiempo y forma, sean postulados por los partidos políticos para registrar sus candidaturas.

Pero este es un asunto sobre el cual no tenemos una definición. El IFE tiene que trabajar para encontrar una solución normativa que nos permita dar certeza de como vamos a actuar bajo esta nueva modalidad.

-- Los temores de que el IFE haya caído bajo la férula de los partidos, dado que son ellos los que deciden, por ejemplo, si el presidente consejero del IFE se reelige. Ya tenemos el ejemplo de Ugalde, Le cortaron la cabeza por las presiones de un partido que a la fecha no acepta los resultados.

-- No comparto esa visión. Considero que el legislador retomó la discusión sobre la pertinencia de la renovación escalonada del consejo general del IFE y decidió iniciar el escalonamiento. Mi impresión es que hay una construcción institucional, que en la revisión de la Constitución, los legisladores de todos los grupos parlamentarios convinieron en que el planteamiento de la renovación escalonada, que venía desde el 2002, era adecuado, y decidieron impulsarlo en esta ocasión.

“Considero que el IFE, antes como ahora, está obligado a crear las condiciones de la aceptabilidad de la derrota. Es un concepto que he estado usando, no es mío, es de Felipe González, y dice que la autoridad electoral debe buscar por todos los medios una situación en la que el que pierda, asi sea por unos cuantos votos, este obligado, a aceptar esa derrota. Esa es una de las características de las democracias consolidadas.

--¿Cómo se podrían crear esas condiciones de aceptabilidad de la derrota?

-- El asunto tiene tres cuestiones fundamentales. En la campaña electoral se deben de propiciar las condiciones de equidad para la competencia, las condiciones en las que los contendientes puedan desplegar sus mensajes y estos puedan ser atendidos y entendidos por la población.

“Hay allí dos elementos fundamentales: lo que dice la Ley y la actuación de la autoridad electoral, como árbitro de la campaña. Hay que reconocerlo. La ley, antes de esta reforma, era omisa en diversos elementos. No le daba fortaleza al árbitro para poder mediar en el transcurso de la campaña, para ordenar la campaña. Hubo una gran cantidad de conflictos y el IFE no pudo tomar decisiones oportunamente. Fue necesario esperar a que el Tribunal las tomara, para poder actuar. Pero en muchos casos, sobre todo en lo que tiene que ver con la campaña en los medios de comunicación, las decisiones se tomaban cuando estos mensajes ya habían causado efecto. Ya era imposible evitar que esos mensajes llegaran a la población.

“El nuevo modelo de campaña, la prohibición de compra de tiempo en radio y televisión para los partidos; el hecho de que el IFE administre los tiempos oficiales; la misma posibilidad que los concesionarios puedan ser sancionados por la autoridad electoral, da mejores elementos para que el IFE sea un mejor árbitro, y podamos tener una perspectiva de mayor equidad en la competencia electoral.

“Lo segundo: Si la diferencia entre el primero y el segundo lugar en el cómputo es de menos de un punto porcentual, ya no es necesario que lo partidos pidan voto por voto, casilla por casilla. En cada uno de los 300 distritos electorales habrá la posibilidad de volver abrir las urnas, de volver a contar los votos, para tener la certeza de que el resultado que queda en las actas representa la voluntad ciudadana expresada en las boletas electorales.

“Tercero: el IFE tiene que hacer mejor su trabajo, por lo menos en cuatro aspectos. Tenemos que capacitar mejor a los ciudadanos que van a recibir y contar los votos. No podemos darnos el lujo de que allí haya errores. Tenemos que mejorar el diseño de las actas electorales para propiciar menos errores. Nuestros funcionarios, en las casillas, por más que los capacitemos, no son abogados, no son electorólogos expertos.

“El Prep tiene que ser un instrumento mucho más transparente. En el 2006 hubo un tramo de incertidumbre respecto a actas que habían sido capturadas en el Prep, pero que no reflejaban la suma de los votos. ¿Por qué no reflejaban la suma de votos? Porque caían en el rubro de inconsistencias

“Finalmente, y esto último es lo mas importante, necesitamos un IFE que todas estas cuestiones técnicas y jurídicas, las realice con un conocimiento muy cercano de la población. Necesitamos que nuestros funcionarios estén mucho más cerca de la ciudadanía.

“Estos elementos conjugados, en términos de un árbitro electoral con mucha más capacidad, un organizador electoral con mucha mayor precisión, y un comunicador más eficiente, creen las condiciones de la aceptabilidad de la derrota.

“Que el que pierda tenga la seguridad que los votos se contaron bien y que si perdió por escaso margen es real. Y que si a pesar de ello si alguno de los contendientes no acepta el riesgo la sociedad este lo suficientemente informada para no embarcarse en una situación en la que ese rechazo a los resultados, esa descalificación, pueda tener éxito”.

-- El carpetazo a los los 281 mil spots no reportados. ¿Un acto de impunidad lamentable?

-- No hay carpetazo, no se paga ninguna factura a los partidos. Aquí hay que ser muy claros. La aparición de estos 281 mil spots no reportados tiene dos vertientes. El IFE contrató un monitoreo con una empresa brasileña, IBOPE, que es conocida internacionalmente por su capacidad técnica para medir raitings de radio y televisión, pero que por primera vez hizo un monitoreo. Esa información del monitoreo surgió en el marco de los procesos de fiscalización del uso de los recursos, por parte de los partidos políticos.

“El Consejo General del IFE tiene un tempo finito para llevar a cabo a fiscalización. Al vencimiento del plazo de Ley, en el 2007, el IFE decidió mantener abierta la fiscalización, hasta tener mayores elementos respecto estos 281 mil spots, básicamente sobre el origen de los recursos utilizados para comprar ese tiempo.

“En consecuencia, aprobó la realización de un proceso de investigación oficioso, que consistía en pedir información a los concesionarios de radio y televisión acerca de estos spots. Habría que decir que respuesta fue significativamente baja.

“Tres partidos políticos --Nueva Alianza, PRD, PT-- decidieron impugnar este acuerdo del Consejo General y se fueron al Tribunal. Este resolvió que el procedimiento oficioso no tiene fundamento legal, y que el IFE debe reponer el procedimiento.

“¿Qué pasó en ese proceso? Se le dio vista a los partidos no de cuantos, sino de cuáles spots, Las cifras variaron significativamente. ¿Por qué? En el mo nioreo, al darle vista a los partidos de los spots que no se reportaron, apareció que algunos de ellos son repeticiones que si estaban facturados, pagados y reportados por los partidos políticos.

“Aparecieron mensajes del tiempo que el IFE compraba, porque la Ley lo obligaba, y lo otorgaba a los partidos políticos. Por supuesto que ese tiempo los partidos políticos no lo pueden reportar con sus facturas, porque ellos no lo compraron. Aparecieron errores técnicos, spots que se le atribuían a algún partido o a algún candidato, pero que en realidad eran de otro, campañas locales que se mezclaban con campañas federales.

“Se hizo un trabajo de limpieza para saber con certeza cuales spots de ese monitoreo no fueron reportados. Y sí, la cantidad, para esos tres partidos políticos, disminuyó significativamente. Sobre esa cantidad, el IFE impuso las multas (menores) correspondientes. Ya de motu propio, el IFE, lo que hizo, fue transparentar toda esa información para que todo mundo tenga acceso (en internet)

“La mayoría de los consejeros comparten, si no es que todos, el espíritu que he planteado de cerrar los expedientes de la elección del 2006, para que no nos contaminen el proceso del 2009. Deben cerrarse aplicando la Ley. No estoy pensando en darle sagrada sepultura a un asunto de esta trascendencia.

-- ¿Y el incremento salarial a los consejeros?

-- Esta es una situación de corte administrativo. En el 2007, producto de las políticas de austeridad, se estableció que ningún funcionario debería de ganar más que el Presidente de la Republica. El Consejo General del IFE decidió entonces disminuir las percepciones de los consejeros en un 10 por ciento y no aplicar el incremento salarial, que fue en ese año de aproximadamente 4.5 por ciento.

¿Qué sucede? Cuando el Consejo General anterior conoce del presupuesto para el 2008, decidió recuperar lo que estuvo vigente hasta el 2006, que es la igualación de las percepciones de los consejeros con las de los ministros de la Corte. Y esto porque así lo dice la Constitución. No es una decisión del Consejo. Hay que acatar un mandato constitucional. Es una decisión que se tomó antes de que llegáramos los nuevos consejeros.

Alerta máxima en el PRD

Al borde de la fractura

El pequeño pizarrón que colgaba de la pared del primer piso de la sede del CEN del PRD marcaba la hora en que cada candidato daría su versión sobre lo ocurrido a los coordinadores parlamentarios, Carlos Navarrete y Javier González Garza, en el acto proselitista convocado por Andrés Manuel López Obrador, bajo el pretexto de la defensa de petróleo. Alejandro Encinas, 10:30 AM: Camilo Valenzuela, 11 AM; Alfonso Ramírez Cuellar 12:30 PM; Jesús Ortega; 13:00 PM.

Cuatro aspirantes, 13 tribus, dos visiones encontradas de hacer política; un caudillo intolerante, mandón y descaradamente sesgado a favor de Encinas; se habían combinado para llevar al partido a la peor crisis en sus 18 años de existencia. El cóctel era explosivo.

La polarización era grave. El riesgo de fractura cada vez mayor. El PRD estaba en alerta máxima, a dos semanas de las elecciones internas para renovar la dirigencia nacional y todas las dirigencias estatales a lo largo y ancho el país.

“Voy a esperar la reacción de hoy. Si no hay un deslinde claro (de Andrés Manuel López Obrador) voy a convocar a una rueda de prensa”, amenazaba, la cara descompuesta, Jesús Ortega, candidato de la poderosa corriente Nueva Izquierda, en charla con este semanario. Y aseveraba: “todos sabemos quien sembró el huevo de la serpiente.”

Pero no hubo deslinde enérgico del Peje, ni mucho menos conferencia de Ortega para denunciar, ahora si, la responsabilidad de López Obrador en el clima de linchamiento en contra de Nueva Izquierda. Todo quedaría en una ambigua condena verbal, a nombre del legitimo, formulada por el senador Ricardo Monreal, a las puertas de la residencia oficial de la presidencia legitima.

Muy pronto encontrarían al chivo expiatorio para expiar culpas de los dirigentes. El militante perredista de infantería, Brandon Romo Pérez, identificado como el agresor de Carlos Navarrete el domingo 24 de febrero, va a ser expulsado.

Romo Pérez, identificado con los grupos más radicales del partido, se fue por el camino fácil. Responsabilizó de su conducta violenta a Carlos Navarrete y Gerardo Fernández Noroña.

“Luego de un análisis de mi conducta, concluyo que nuestros líderes son responsables de polarizar. Han dedicado tiempo para pelearse dentro del partido y ventilar sus confrontaciones en la prensa. Algunos militantes hemos caído en su mal juego”, subrayó el hombre, en rueda de prensa.

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El embate de López Obrador contra la moderada corriente Nueva Izquierda no tiene precedentes. Los ha llamado “modositos”; les reprocha cambiar el morral por camionetas de lujo; los descalifica una y otra vez. Ha llegado al extremo de insinuar que Ruth Zavaleta, presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados y destacada integrante de Nueva Izquierda, se deja tocar las piernas “políticamente hablando”, por Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación.

“Estamos preocupados. La situación de sale de control. La campaña de agresiones sigue desatada Para ellos, somos los candidatos de Felipe Calderón”, lamenta Víctor Hugo Círigo, presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa, en charla con Vértigo. “Se ha sembrado odio”, considera, por separado, el senador Carlos Navarrete.

El tema es explosivo. Saca de quicio a los dirigentes perredistas. “Ya se deslindaron ¿Quieres que se arrodillen?”, reviró de muy mal humor el coordinador de los diputados del PRD,. Javier González Garza, cuando le preguntamos si estaba satisfecho con el ambiguo deslinde de López Obrador. Preguntarles sobre el tema era casi agredirlos.

La situación está fuera de control. La lucha por la presidencia del partido se da sin cuartel. La violencia verbal desborda, y nadie parece capaz de detenerla. El episodio de la Torre de PEMEX se perfila como preludio de algo mucho peor. “No es la fuerza la que va a convencer. Me parece muy grave que se hayan dado estos hechos”, alerta el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, un histórico de este partido.

Pero Andrés Manuel López Obrador, líder indiscutible del partido del sol azteca y único capaz de serenar los ánimos, voltea para otro lado. Su condena ha sido por demás ambigua. El ha sido el principal instigador del clima de linchamiento que se vive en contra de Los Chuchos, a quienes sus adversarios internos no bajan de “vendepatrias” y “traidores”. Es el que menos trabajaba para reconciliar al partido.

Carlos Navarrete, el senador agredido por perredistas que se reclaman de Encinas, dice que lo ocurrido en la torre de Pemex es el fin de una primera etapa en el clima de linchamiento que se da al interior de su partido. Este clima, añade, genera que la gente sea envenenada por el discurso de descalificación. "Estamos llegando a un grado muy grave de intolerancia", subraya.


El explosivo clima ha llevado a uno de los candidatos a la presidencia del PRD, el ex guerrillero Camilo Valenzuela, a declarar que la única salida para evitar el “riesgo de que la violencia se desborde” es la suspensión de la elección del próximo 16 de marzo. Pero su propuesta fue rechazada con fuerza por el resto de los contendientes y por el CEN del partido.


La propuesta fue rechazada de inmediato por el presidente del partido, Leonel Cota Montaño. “Hay la plena decisión del CEN, unánime, de ratificar como fecha para la elección interna el 16 de marzo. Esto da la garantía a todo el perredismo nacional de que será la militancia del partido quien decida a su nuevo dirigente”, dijo el bajacaliforniano del sur.


Cota asegura que ha habido acuerdos importantes para llamar a toda la militancia, particularmente a los candidatos, para que se abstengan de hacer descalificaciones de uno y otro lado.


La preocupación por los enfrentamientos se ha extendido a todo el partido. Saúl Escobar, intachable militante de izquierda, considera muy peligroso lo que aflora. “Le tienen que bajar, ponen en riesgo la elección. Todo esto da pie a que unos y otros hagan cualquier cochinada para ganar. Es lamentable”, acota.


Y lamenta el maniqueísmo con el que se manejan los obradoristas. “El que no está con Encinas es un traidor. Hasta Camilo se queja”.


Alfonso Ramírez Cuellar, candidato del Movimiento por la Democracia, reparte las culpas entre orteguistas y encinistas . “El nivel de agresión es el mismo. Tienen idéntica responsabilidad.” Y hace un llamado a los grupos que los apoyan para que se tomen un té tila. “La vida no se acaba si se pierde. Cuando los elefantes se pelean, el pasto lo resiente. Tenemos que acabar eso”,

subraya.

Otro histórico del PRD, Pablo Gómez, quien respalda a Ramírez Cuellar, considera que Encinas y Jesús Ortega están enfrascados en una riña, y no en una contienda política. “Nosotros no queremos entrar en esa riña. Es rebajar el nivel en la contienda”, subraya el veterano ex comunista.

Gómez exige que la Comisión Nacional de Garantías y Vigilancia asuma sus funciones y resuelva las quejas que se han presentado, y acusa al CEN de no ha tomado ninguna decisión para otorgar las garantías necesarias a fin de que la contienda interna se lleve acabo en forma correcta y apegada al estatuto. “En el pasado Congreso Nacional le otorgamos al CEN la elevadísima función de conducir los procesos electorales, y hasta este momento no lo ha hecho”, remató Gómez.