La construcción de mayorías estables, el reto para México.

Agustín Francisco de Asís Basave Benítez acaba de asumir la secretaria Técnica de la Comisión Ejecutiva de Negociación y Construcción de Acuerdos (CENCA), que se encarga de la Reforma del Estado. El rubio escritor regiomontano, hijo de filósofo, ex embajador en Irlanda, enfrenta la tarea de generar acuerdos entre las fuerzas políticas fundamentales para dar un nuevo rumbo a la Nación.
El reto que Basave tiene enfrente no es menor. En un tiempo record –de aquí al 14 de abril del 2008—deberá coadyuvar para acercar las posiciones de los distintos grupos parlamentarios en el Congreso en temas tan complejos como Régimen de Estado y de Gobierno; Federalismo, Reforma al Poder Judicial, y Garantías Sociales. Su papel es como “facilitador de acuerdos”
Vértigo charló con Basave sobre este desafío. La cosa no es fácil. La distancia entre los partidos es enorme en los cuatro temas. Un quinto tema, la Reforma Electoral, fue aprobado por el Congreso, cuando él todavía no llegaba a la secretaria técnica de la Cenca.
Charlamos con el Catedrático de la UNAM, colosista en sus tiempos, en el Vips que se encuentra en Insurgentes Norte, frente al metro Tabacalera. Entre sorbo y sorbo del aguado café, el hombre se mostró convencido de que la complejidad que deriva de la pluralidad puede superarse, si se actúa con inteligencia. “Yo entiendo mi función de secretario técnico como la de facilitador de acuerdos. Así entiendo mi chamba”, nos dice.

-- Quedan 6 meses para que se concreten los acuerdos para la Reforma del Estado. Ha trascendido que el único consenso entre las distintas personas es la reforma electoral recién aprobada. ¿Qué podemos esperar de aquí al 14 de abril próximo, cuando termina la labor de la Cenca?
--Se pueden hacer muchas cosas, pero tenemos que ordenar el proceso de negociación y construcción de acuerdos. Quedan seis meses de tiempo calendario. Pero si tomamos en cuenta los tiempos políticos, encoje ese lapso. Noviembre y diciembre es Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos. Eso absorbe mucho tiempo y atención del Congreso.

De enero a abril hay procesos internos en tres partidos políticos (PAN, PRD y Alternativa) para elegir dirigencia. Eso va a distraer a los legisladores, y puede meter ruido en la negociación de la reforma. De manera que hay poco tiempo. Tenemos que aprovecharlo al máximo. Hay que blindar la negociación de la Reforma del Estado, para que no repercutan estos acontecimientos políticos Ese es el reto de la CENCA.

Es cierto que, salvo la Reforma Electoral recién aprobada, en los otros temas de la Reforma del Estado no existe el consenso. Hay pocos puntos de acuerdo, Las posturas de los partidos están muy distantes. Hay que hilar mas fino para acercarlos y construir.

--El tema mas difícil parece ser el de Régimen de Estado y de Gobierno. Es allí donde las posiciones parecen más encontradas. La distancia es grande entre un régimen semi parlamentario con un primer ministro, que sugiere el PRD; el régimen semi presidencialista, con jefe de gabinete, por el que pugna el PRI, y el reforzamiento del presidencialismo, que quiere el PAN. ¿Como acercar posiciones?

--No se si sea el tema más difícil, pero sí el más delicado. Estamos hablando de una posible reforma al régimen de Estado y de Gobierno de México. Nada más y nada menos. Estamos hablando de tocar los nervios de la Nación, los puntos neurálgicos del poder público en México. Ese es el capítulo crucial. En este punto no hay consensos, ni siquiera dentro de los partidos. Hay posturas en las plataformas, en los documentos, pero hay senadores y diputados que discrepan de la postura oficial de su partido. Eso hace más complejo el asunto. Pero esta complejidad que deriva de la pluralidad dentro de cada partido, se puede convertir en una oportunidad de acuerdos si la manejamos con habilidad.

Yo entiendo mi función de secretario técnico como la de facilitador de acuerdos. Así entiendo mi chamba. No debo opinar, no debo participar en los debates; lo cual, te lo confieso, es muy difícil para mi. El tema de Régimen de Estado y de Gobierno es algo que he trabajado, estudiado, escrito. Tengo una posición. Me encantaría participar. A veces no me aguanto las ganas, pero tengo que mantener un papel de moderador, de puente entre los partidos, de facilitador de acuerdos. Solo cuando los coordinadores me piden opinión, y si esta puede destrabar una discusión, lo hago. En los grupos de trabajo ya hemos visto que es endemoniadamente complejo este tema.

Yo considero, y en esto están de acuerdo tanto Santiago Creel como Ruth Zavaleta, que tiene que lograrse una construcción de acuerdos macro, a nivel de las dirigencias de los partidos y los coordinadores parlamentarios, en las grandes líneas, en los grandes trazos. Y esto, tomando en cuenta lo que han dicho los diputados y los senadores. Luego, hay procesar ese acuerdo macro en el grupo de trabajo de Régimen de Estado y de Gobierno, Federalismo, Reforma al Poder Judicial y Garantías Sociales.

-- Las propuestas que se han manejado, como la de crear la figura de un jefe de gabinete electo por el Congreso, a propuesta del Ejecutivo, han levantado sospechas, dudas, cuestionamientos. José Antonio Alvarez Lima, ex gobernador de Tlaxcala, ha manifestado el temor de que esto pudiera convertirse en un “golpe de Estado técnico”, dado que lo mexicanos no votaron por ese sistema.

-- Yo creo que no hay ese riesgo. Los legisladores están concientes que las reformas que se puedan hacer en Régimen de Estado y de Gobierno tienen que estar acordes a lo que existe actualmente. En caso de que llegara a darse el acuerdo entre los partidos para hacer un cambio de régimen, tendría que ser en el 2012.

-- ¿Necesariamente hasta entonces?

-- No necesariamente. El Poder Legislativo tiene derecho a cambiar las leyes y hacer las reformas constitucionales que ellos quieran. Pero me parece que todos los actores políticos están concientes de lo sensible del tema. Ninguno, por lo menos aquellos con los que he platicado, tiene la intención de pasarse por el arco del triunfo los lineamientos, el marco constitucional y legal. Nada se va a lograr sin consenso. El PAN tiene candado constitucional, No se puede hacer ninguna reforma constitucional sin ellos. Pero además, la CENCA dice en su Ley que se llegara a los acuerdos por el máximo consenso posible. Esas dos consideraciones bastarían para tranquilizar a quien crea que pudiera haber lo que Álvarez lima califica como un golpe de Estado técnico.

Una posibilidad es construir un acuerdo, un consenso, creo que eso es a lo que apuntan muchos, implantarlo, ejecutarlo ya, hacer las transformaciones. Otra posibilidad es que se construya un consenso que previera, de aquí al 2012, determinados cambios, pero en el 2012 se profundizaran esos cambios.

Esos son los dos escenarios. Ninguno está descartado. El escenario de hacer cambios ya, implantarlos y ejecutarlos, o el escenario de hacer cambios graduales de aquí al 2012 y hacer lo cambios más profundos después. Todo será producto de las negociaciones y de los acuerdos a los que lleguen los diputados y senadores. Ellos son los que tienen la decisión. Si es Reforma Constitucional, también los congresos locales. Nadie más.

-- Gente brillante como Denise Dresser ha dicho que un hombre, Manlio Fabio Beltrones, busca utilizar esta reforma para su empoderamiento personal. ¿Usted también lo cree?

-- Manlio fue un motor muy importante en el arranque de la Reforma de Estado. El empujó la Ley para la Reforma del Estado y, junto con los otros coordinadores parlamentarios, empujó la Reforma Electoral. Sería ingenuo, de parte de cualquiera, creer que Manlio, o Santiago, o Carlos, o cualquiera de los otros coordinadores parlamentarios, no estén haciendo consideraciones políticas en base a sus partidos, a sus fuerzas, a sus intereses, alrededor de la Reforma del Estado. Estamos en la arena política; pero de ahí a decir que se trata de un proyecto personal, y que esto es lo que está moviendo la Reforma del Estado, no. Una prueba fue la Reforma Electoral. Acotó poderes fácticos poderosísimos. No se pudo haber hecho sin el acuerdo casi unánime de todas las fuerzas entorno a algo, que yo sí creo, enriquece nuestra vida democrática.

-- ¿Usted cree que los cambios deben ser graduales o de un solo golpe?

-- Aquí sufriría una escisión esquizofrénica. Te diría lo que piensa el académico y que piensa el político. El académico Agustín Basave te diría que él es partidario de los regimenes parlamentarios. El político Agustín Basave te dice que las condiciones, en este momento, no favorecen a una transformación tan profunda.

-- Lorenzo Meyer dice que nunca le ha ido tan mal a México como cuando el Congreso ha tenido el control de los asuntos del país.

-- Hay muchas discusiones sobre eso. Tú sabes todo lo que se ha escrito sobre la Constitución del 57, que le dio mucha fuerza al Poder Legislativo. Están los detractores como Emilio Rabasa, el viejo, pero hay otra corriente de pensamiento que dice que no, que lo que pasa es que se manejó mal y que el diseño no era malo. Hay un análisis por cada historiador, por cada politólogo. Yo te diría que el tema fundamental para México es el de la construcción de mayorías estables en el Congreso, para evitar la parálisis legislativa y lograr que nuestra gobernabilidad democrática se dé. En buena medida, pasamos de una gobernabilidad poco democrática a una democracia poco gobernable. Eso es lo que hicimos en ese salto en el sexenio pasado con Vicente Fox. Teníamos un país muy gobernable, pero era muy poco democrático. Con la transición nos fuimos al otro lado, creamos un sistema democrático pero poco gobernable. Lo que tenemos que hacer es lograr el justo medio. Ese el gran desafío. Eso es lo que lleva a analizar el régimen de Estado y de gobierno. No es capricho de nadie, es que hay problemas, hay síntomas de que no funciona nuestro sistema.

-- ¿Qué nos dice de la figura del Tlatoani?

-- Yo lo tomaría con reservas. Si hay una cultura política ahí, sería torpe ignorarlo. Si hay una cultura política proclive al autoritarismo. Viene de mucho tiempo atrás, pero tampoco hay una grapa en el ADN de los mexicanos que nos impida ser democráticos, esto sería como remontarnos al entrevista Diaz-Creelman, de que México no está listo para la democracia. Sí hay una cultura autoritaria, pero nada nos impide transformar eso.

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