Congreso en jaque.

Rehén del legitimo

Montado en su papel de “jefe de la resistencia”, Andrés Manuel López Obrador mantiene al Congreso en jaque, en sus afanes de convertirse en la reencarnación de Lázaro Cárdenas, versión siglo 21. La toma de la tribuna por legisladores del Frente Amplio Progresista en ambas cámaras y el cerco de las adelitas al Senado de la República, han convertido el Congreso en rehén del legítimo. Diputados y senadores han tenido que legislar en sedes alternas y alterar sus ritmos de trabajo. La sesión solemne para recibir a la presidenta de la India, Pratibha Devisingh Patil, tuvo incluso que ser cancelada. El Peje no aceptó la tregua que le propusieron el PAN y el PRD.

Los leales al Peje alcanzaron ya su primer objetivo aparente: evitar el fast track en la reforma energética. Pero no es suficiente. El Peje y su minoría se aferran a imponer el formato y el calendario del debate nacional. Es el todo o nada. Al cierre de esta edición, El panista Santiago Creel había entregado a Carlos Navarrete, coordinador de los senadores del PRD, una “tercera opción”: salirse de la lógica de los 50 dias de debate que propone el PRI o los 120 que exige el Frente para bajarle a la movilización.

“Vamos a buscar el mejor calendario posible, el mejor programa, de tal manera que tengamos la oportunidad de hacer un análisis y una reflexión, como merece el tema, sin chantajes, sin presiones, sin cercos, sin amenazas de violencia porque eso no lo vamos a permitir”, dijo. Los legisladores del Frente pidieron tiempo “para hacer consultas”.
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Pasaba el medio día del jueves 17 de abril. La zona aledaña al Senado de la República era un hervidero. El cerco tendido por las adelitas de Obrador alrededor del Senado de la República impedía el acceso de los legisladores a la vieja casona de Xicotencatl. La sesión estaba citada a las 13:30 horas y el quórum nada más no se completaba.

Algunos habían llegado al edificio de Donceles, designado recinto alterno, en camionetas con vidrios polarizados. Eran los menos. Habían logrado burlar el cerco. Obradoristas. Otros, como los priístas, habían fracasado en el intento. “La policía nos llevó hasta Tepito, y nada más no pudimos pasar”, se quejaba el priista guanajuatense, Francisco Arroyo Vieyra.

Se cumplía el octavo día de la toma de la tribuna en ambas cámaras por legisladores del Frente Amplio Progresista leales a Andrés Manuel López Obrador, para impedir el “fast track” en la reforma energética y con ello, dicen, la “privatización” de PEMEX.
López Obrador había logrado sus propósitos: tenía al Congreso en sus manos, a los diputados de Nueva Izquierda arrodillados; a los coordinadores del FAP de mandaderos, a las adelitas en la calle, y al gobierno federal a la defensiva.

Las decisiones sobre la normalización de la vida parlamentaria no se tomaban en los Pinos, ni en Avenida del Congreso, ni mucho menos en Xicotencatl. Todas pasaban por la casa que ocupa en las calles de San Luis Potosí. Allí se decidió, por ejemplo, que no hubiera sesión solemne para recibir a la presidenta de la India, Pratibha Devisingh Patil.

“Nosotros no nos moveremos de aquí mientras no tengamos luz verde de San Luis Potosí”, declaraba contundente la senadora tabasqueña, Rosalinda López Hernández, quien comandó, junto con el zacatecano Ricardo Monreal, la toma de tribuna en la Cámara de Senadores.

Lo decía con orgullo, emoción, determinación. Ella era una de las siete mujeres que en noviembre de 2007, en la heladería que la hermana de la diputada Layda Sansores, de Convergencia, tiene en Avenida Durango, frente a la plaza de la Cibeles, se reunió con López Obrador para germinar la idea del movimiento de resistencia. Fueron meses de cuidadosa planeación, de sigilo, de

Las cosas les habían salido mucho mejor de lo esperado

Santiago Creel, presidente del Senado, fue uno de los 43 senadores que burlaron el cerco de las adelitas. Ese jueves llegó hasta el auditorio Lerdo de Tejada, recinto alterno, sólo para constatar que no había condiciones para sesionar. Ahí mismo se decidió cambiar la sede. Irían a la Torre del Caballito, en Avenida Reforma. “Tenemos que sesionar. El Senado no puede parar”, explicó a Vértigo el también panista, José González Morfín.

En la calle la tensión subía verticalmente. Un camión repleto de policías federales intentaba romper el cerco establecido por el movimiento de mujeres en defensa del petróleo, en la esquina del Eje Central y República de Cuba. La brigadistas que comanda Laura Itzel Castillo, secretaria de recursos humanos y vivienda del “gobierno legítimo”, ubicadas calle adentro de República de Cuba, corrieron de inmediato a reforzar la brigada que comanda Patricia Ruiz Anchondo, que hacia el plantón en esa esquina.

Los Federales se plantaron en la calle. Parecia que iban a cargar. Chocaban sus escudos contra el piso, en una clara estrategia intimidatoria. No les funcionó. Las mujeres n se movieron. El camión no pasó.

En el borlote nos encontramos con Laura Itzel. Le preguntamos la razón de los bloqueos.

“Si no fuera por la resistencia civil pacífica, la iniciativa privatizadora de PEMEX que presento Felipe Calderón, ya hubiera sido aprobada por la Cámara. Ha sido para nosotros muy importante, porque esta labor representa también un sacrificio. Las mujeres hemos tomado el papel que nos corresponde en la historia. El movimiento en defensa del petróleo tiene hoy rostro y voz de mujer”, dijo la hija de Heberto.

Los cercos han provocado molestia, irritacion en un sector de la población. Las encuestas publicadas mientras un claro rechazo a los métodos de los obradoristas, a pesar de que la mayoría de la población sospecha que la reforma esconde una privatización desfrazada (Maria de las Heras, Milenio, 14 de abril.)

“Uno no está aquí por imagen, uno está aquí por convicción. Si hubiera habido encuestas en la Revolución Mexicana, acerca de qué opinaban de las acciones que realizaban los héroes que nos dieron patria, seguramente no hubiera estado bien visto, Lo que nosotros tenemos que ver es que es una lucha que estamos haciendo en defensa de la Nación”, explicó Castillo.

-- ¿La opinión pública entonces no importa?—atajamos.

-- Desde luego que importa, pero lo que tenemos que ver es la manipulación que se hace a través de los medios de comunicación, y que por ahí López Dóriga dice que se tiene secuestrado el Congreso. Yo diría que ellos tienen secuestrada la palabra y los micrófonos desde hace mucho tiempo—repuso la adelita.
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La estrategia de López Obrador le ha quitado protagonismo y capacidad de maniobra a los priistas. Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones. Emilio Gamboa, Francisco Labastida y una docena de gobernadores de ese partido, reunidos en un hangar del aeropuerto de Toluca, habían resuelto que serian ellos los que marcarían los tiempos para la reforma energética.

El lunes 14 de abril presentaron una propuesta para el debate nacional: Las comisiones de Energía y de Estudios Legislativos organizaran los foros de debate durante 50 días ininterrumpidos. En la discusión participarían expertos, académicos, intelectuales, representantes de instituciones de educación superior, técnicos, trabajadores y directivos de PEMEX. Panistas y ecologistas la suscribieron de inmediato. Los legisladores del Frente pidieron tempo para “hacer consultas”. La respuestas de San Luís Potosí no tardo en llegar: No. Los pejistas no se movían de su postura: 120 días de debate o nada.

“Eso nos lleva hasta el 30 de agosto. El primero de septiembre es el informe presidencial. Quieren secuestrar al presidente” declaraba Manlio Fabio Beltrones, coordinador de la fracción del PRI en el Senado, irritado por el fracaso de su plan inicial.

El jaloneo de los priistas con los perredistas llevó a Ricardo Monreal, incondicional de López Obrador, a declarar: “No reconocemos al PRI como interlocutor, ni muco menos como un intermediario en la negociación. El PRI es la tercera fuerza electoral, y así debe de manejarse”, manifestó al zacatecano.

Esa declaración fue enmendada al día siguiente por Carlos Navarrete, coordinador de los senadores del PRD e integrante de la corriente Nueva Izquierda. ¿El PRI es interlocutor? Cuestionaron los reporteros de la fuente. “Por supuesto que si”, respondió Navarrete.

Al interior del Revolucionario Institucional hay también voces que rechazan las cinco iniciativas de la reforma energética presentadas al Congreso por Felipe Calderon. Es el caso del Foro Expresión y Propuesta al que pertenecen viejos notables del tricolor como César Augusto Santiago, Héctor Hugo Olivares, Carlos Jiménez Macias, Humberto Roque, Humberto Lugo Gil, Calos Flores Rico, Beatriz Pagés, Mariano Palacios y Ulises Ruiz., entre otros.

En un desplegado que se publicó en periódicos de circulación nacional, el gripo de priistas expone: “La propuesta tiene opacidades que le restan viabilidad y solvencia jurídica, sobre todo las referentes al articulo 27 constitucional, que de ninguna manera debieran ermitir una privatización encubierta, ni otorgar concesiones privilegiadas”

Enseguida expone los puntos más preocupantes que deben ser revisados:

-- La propuesta de que el sector privado realice actividades de transporte, almacenamiento y distribución de gas y de productos de refinación.

-- La autorización para que PEMEX contrate la refinación con particulares.

-- La concesión al capital privado para construir y operar instalaciones, ductos y equipos.

-- Que en la Comisión del Petróleo, pese a su supuesta autonomía, técnica y operativa, todos los comisionados sean nombrados por el Ejecutivo.
“El gobierno no debe secuestrar el debate nacional, substituyendo las ideas con propaganda, ni con la detracción de sus opositores. Los partidos políticos no pueden violentar las instituciones de la República. Urge un genuino dialogo nacional en torno a la energía”, remata el desplegado.

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