El Peje ganó tiempo, perdió credibilidad.La desocupación de las tribunas en ambas cámaras parecía inminente al cierre de esta edición. Las posturas sobre el formato y el calendario del debate nacional de PEMEX, condición de los pejistas para levantar su plantón, ya estaban muy cerca. Lo sucedido en las dos últimas semanas, sin embargo, quedará en la memoria colectiva como prueba de lo que puede lograr el capricho de un hombre empeñado en ingresar a la historia como la versión contemporánea del general Lázaro Cárdenas. Vértigo siguió las negociaciones cotidianamente, habló con los protagonistas, contrastó posturas, atestiguó escenas. Esta es la historia de lo sucedido en la segunda semana de la “clausura” del Congreso.
La tribuna en San Lázaro seguía vestida, el jueves 24 de abril, con las mantas del Frente Amplio Progresista contra la privatización de PEMEX. El diputado perredista-obradorista Emilio Ulloa, uno de sus ocupantes, observaba desconcertado como entraban en tropel, al salón de sesiones, decenas de inquietos informadores, movidos por el rumor de que el plantón ya se iba a levantar. Lo primero que se le ocurrió fue tomar el micrófono para señalar: “no tenemos ningún acuerdo, no hay nada oficial, la toma sigue…”
Eran casi las 13 horas. Los ocupantes de la tribuna, apenas media docena en esos momentos, se preparaban para ser relevados. El movimiento cumplía 15 días y los obradoristas no parecían tener prisa de regresar a sus casas.
Ulloa invito a este reportero a subir a la tribuna para que observara lo que había debajo de la gigantesca manta que anunciaba la “clausura” del Congreso. ”Nos acusan de que tenemos armas, bombas molotov, es más que falso…”, recalcaba.
El diputado permitió que miráramos bajo la manta, para constatar que no escondían nada, aunque se puso algo nervioso cuando la fotógrafa de Vértigo, Christa Cowrie, accionó su cámara para captar las imágenes “¡Hasta allí! Pidió el perredista, cuando la fotógrafa se introdujo en el improvisado dormitorio. Christa captó sillas y bolsas de dormir. Nada más.
--¿Qué hasta cuando nos quedaremos? reaccionó Ulloa, a la pregunta que le acabábamos de hacer
El mismo respondió “Hasta que termine el periodo ordinario; creo que ése es más o menos el plazo. Pero si es necesario quedarse más tiempo, yo no tengo ningún inconveniente; ya tengo permiso y autorización de mi pareja. No me genera problemas, y mis hijos están de acuerdo…”
* * *
La posibilidad de un arreglo que permita la normalización de la vida parlamentaria comenzó a vislumbrarse a principios de semana, cuando el perredista Graco Ramírez, secretario de la Comisión de Energía de la Cámara de Senadores, puso su firma en un pacto que establecía un debate nacional de 71 días –del 12 de mayo al 22 de julio- sobre PEMEX. En ese lapso se realizarían 20 foros y se tratarían 14 temas.
El senador priista, Francisco Labastida, improvisó de inmediato una rueda de prensa para dar a conocer la buena noticia. El ex candidato presidencial, sin embargo, se fue de la lengua, e hizo hincapié en el hecho de que la no realización de un período extraordinario para la Reforma Energética había dejado de ser condición del Frente Amplio para desocupar las tribunas
A Graco Ramírez no le gustó la declaración del priista:
“Lo que dijo Labastida es un poco abusivo. La condición de que no haya período extraordinario se expresa (en el documento firmado) porque el debate termina en julio y el proceso legislativo empezará en agosto. ¿Quien va a pensar que sea posible un proceso de dictamen en agosto, para que se vote ese mismo mes, si tenemos en septiembre un periodo ordinario? No le veo sentido a esa discusión, es un poco bizantina”, repuso Graco, en charla con este semanario.
Ramírez está convencido de que si el Frente Amplio Progresista trabaja con responsabilidad en este debate, las cinco iniciativas que conforman la Reforma Energética, enviadas por el presidente Calderón el Congreso, serán modificadas.
“El debate va a ser fundamental, porque se van a documentar las cosas con mucha claridad. Estoy convencido de que si construimos esto, con un sector del PRI y con la opinión pública a favor de nosotros, vamos a detener las iniciativas privatizadoras que pretende Felipe Calderón”, puntualizó el senador del PRD..
Graco, por cierto, fue uno de los muchos legisladores del PRD que se adhirieron a la estrategia de López Obrador de tomar la tribuna. “Es una acción que no correspondió a todo el grupo parlamentario, pero las respetamos, respaldamos la toma de esta decisión.
“Pero creo que por su propio peso va a terminar, en función de que va a haber un acuerdo. Podremos entrar en el proceso del debate, construir acuerdos y ganar a la opinión pública. Tengo la convicción de que la vamos a ganar”, remato el recién electo encargado de despacho del CEN del PRD.
* * *
La noche del martes 21 de abril, en las oficinas del gobierno legitimo, Carlos Navarrete y Andrés Manuel López Obrador mantuvieron una ríspida discusión, grabada clandestinamente, que desnudó las intenciones del legitimo y dejó muy mal parado al coordinador de los senadores del PRD.
En la acalorada discusión, publicada en casi todos los diarios de circulación nacional, López Obrador calificó de “vacilada” el debate pactado con las distintas fracciones parlamentarias, y aseveró que el tiempo y los foros ganados se debían a la toma de las tribunas y al movimiento de las adelitas en las calles, y no a la negociación.
“Lo único que les digo es que los foros no nos van a llevar a nada. Esto nos va a llevar a que tengamos tiempo para que, con el movimiento en la calle, y con la fuerza de la opinión publica podamos abrir…”, se escuchaba en la grabación.
El legítimo, quien llegó a afirmar “el movimiento soy yo” (El Universal, 25 de abril), le pidió a Navarrete “hacer como que proponen que la Junta de Coordinación Política se lleve a cabo el jueves, ‘queremos hacerles esta consulta’, y mañana en la noche me dicen ‘fíjate que tus propuestas no transitaron’, entonces yo ya les digo que no hay acuerdo o, si hay acuerdo, entonces vamos para adelante.”
Navarrete, rebajado al papel de mensajero, respondió: “¿Para qué? Si luego me vas a decir que no, porque se te agradece la propuesta, pero no quieres el debate. Para mi no tiene sentido lo que estas proponiendo…”
La publicación de esa charla, en la que El Peje reitera que los medios de comunicación ya no le importan, resultó un bumerán para los más radicales. A partir de allí se multiplicaron las negociaciones, las consultas. los acercamientos para desocupar la tribuna.
* * *
El senador de Convergencia, Gabino Cué, había pasado ocho de sus últimas 15 noches en el salón de sesiones de la Cámara alta.
La menuda figura del diputado perredista de Nueva Izquierda, Victorio Montalvo, atravesó a toda prisa el auditorio del Edificio “E” del Palacio Legislativo de San Lázaro, habilitado como recinto alterno. A no pocos les extraño su presencia en el lugar.
Hasta ese jueves, ningún integrante del PRD, salvo la presidenta de la mesa directiva, Ruth Zavaleta, había pasado lista y mucho menos participado en las votaciones. Montavlo no era el único perredista presente. Moisés Félix Dagdug Lutzow, participaba también en la sesión donde se votaría el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal, que, a semejanza del IFE, preveía el escalonamiento de los consejeros del IEDF.
“Me parece una estrategia errática confrontar directamente a un poder como el Legislativo. Es una actitud insana para el país, que no contribuye a un desarrollo político de nuestro país. Me parece que también los legisladores tenemos una opinión en lo personal, que debemos manifestar y si bien hemos coincidido en algunos métodos de lucha, en está, no copincidimos, Hay que decir, de cara a la opinión pública, que no estamos de acuerdo con estos métodos que se alejan de una discusión sana y que también nos ha costado mucho.
Militante fundador del PRD, Montalvo confiesa que le da “mucha pena” la imagen que su partido da a la opinión pública. “Desde joven yo participe en un movimiento, en la conformación del Frente Democrático Nacional. Ahora vemos como ese esfuerzo y ese instituto, que hemos construido miles de mexicanos, se está cayendo por la voluntad de un solo individuo (Andrés Manuel López Orador) que se niega a debatir de cara al partido.
Montalvo lamentó que, por una filtración, los perredistas de infantería se hayan enterado de su forma irresponsable que el legítimo tiene de actuar. “Por eso que estoy aquí, convencido de mi papel de legislador federal”, subrayó.
El hombre asegura que muchos más legisladores de su partido están en desacuerdo con las formas de actuar de los obradoristas. “Un asunto es que por estrategia política, por no quemarse ante liderazgos del mismo partido, no lo manifiesten. Pero yo creo que hay que dar la cara ante la sociedad” , puntualizó.
* * *
El senador de Convergencia, Gabino Cué, había pasado ocho de sus últimas 15 noches en el salón de sesiones de la Cámara alta. El oaxaqueño, convencido de que lo que realizaba era un acto de “resistencia civil”, fue. junto con las senadoras Rosario Ibarra, María Rojo, Yiedckol Polevnsky, y Rosalinda López Hernández, uno de los más asiduos ocupantes de la tribuna. Esta conciente, sin embargo, de que el Frente Amplio Progresista pagara altos costos.
“Sabíamos que una acción de esta naturaleza iba a generar reacciones de diferentes sectores; sabíamos lo que iba a pasar y asumimos el costo, porque el asunto que se defiende no es una cosa menor. Fuimos muy cuidadosos en la acción, que no fue violenta. Fue una acción totalmente pulcra. en el marco de esta acción fuerte, dura, también los senadores del Frente Amplio hemos actuado con mucho cuidado y prudencia. En el recinto nunca hubo excesos de comida, de cigarro, alcohol en ningún momento, porque respetamos el espacio. Pero obviamente que tuvimos que asumir ése costo.
--¿Valio la pena?—atajamos.
-- Sí, una de las cosas que nos preocupaba es que no hubiera un debate amplio y pareciera que así lo esta perfilando la propia Comisión de Energía, que confirmará, en su momento, todo su programa de debate a través de la Junta de Coordinación Política, se hablaba de un albazo legislativo para aprobar la reforma energética, pero en este periodo ya no se metió.
El senador priista, Francisco Labastida, improvisó de inmediato una rueda de prensa para dar a conocer la buena noticia. El ex candidato presidencial, sin embargo, se fue de la lengua, e hizo hincapié en el hecho de que la no realización de un período extraordinario para la Reforma Energética había dejado de ser condición del Frente Amplio para desocupar las tribunas
A Graco Ramírez no le gustó la declaración del priista:
“Lo que dijo Labastida es un poco abusivo. La condición de que no haya período extraordinario se expresa (en el documento firmado) porque el debate termina en julio y el proceso legislativo empezará en agosto. ¿Quien va a pensar que sea posible un proceso de dictamen en agosto, para que se vote ese mismo mes, si tenemos en septiembre un periodo ordinario? No le veo sentido a esa discusión, es un poco bizantina”, repuso Graco, en charla con este semanario.
Ramírez está convencido de que si el Frente Amplio Progresista trabaja con responsabilidad en este debate, las cinco iniciativas que conforman la Reforma Energética, enviadas por el presidente Calderón el Congreso, serán modificadas.
“El debate va a ser fundamental, porque se van a documentar las cosas con mucha claridad. Estoy convencido de que si construimos esto, con un sector del PRI y con la opinión pública a favor de nosotros, vamos a detener las iniciativas privatizadoras que pretende Felipe Calderón”, puntualizó el senador del PRD..
Graco, por cierto, fue uno de los muchos legisladores del PRD que se adhirieron a la estrategia de López Obrador de tomar la tribuna. “Es una acción que no correspondió a todo el grupo parlamentario, pero las respetamos, respaldamos la toma de esta decisión.
“Pero creo que por su propio peso va a terminar, en función de que va a haber un acuerdo. Podremos entrar en el proceso del debate, construir acuerdos y ganar a la opinión pública. Tengo la convicción de que la vamos a ganar”, remato el recién electo encargado de despacho del CEN del PRD.
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La noche del martes 21 de abril, en las oficinas del gobierno legitimo, Carlos Navarrete y Andrés Manuel López Obrador mantuvieron una ríspida discusión, grabada clandestinamente, que desnudó las intenciones del legitimo y dejó muy mal parado al coordinador de los senadores del PRD.
En la acalorada discusión, publicada en casi todos los diarios de circulación nacional, López Obrador calificó de “vacilada” el debate pactado con las distintas fracciones parlamentarias, y aseveró que el tiempo y los foros ganados se debían a la toma de las tribunas y al movimiento de las adelitas en las calles, y no a la negociación.
“Lo único que les digo es que los foros no nos van a llevar a nada. Esto nos va a llevar a que tengamos tiempo para que, con el movimiento en la calle, y con la fuerza de la opinión publica podamos abrir…”, se escuchaba en la grabación.
El legítimo, quien llegó a afirmar “el movimiento soy yo” (El Universal, 25 de abril), le pidió a Navarrete “hacer como que proponen que la Junta de Coordinación Política se lleve a cabo el jueves, ‘queremos hacerles esta consulta’, y mañana en la noche me dicen ‘fíjate que tus propuestas no transitaron’, entonces yo ya les digo que no hay acuerdo o, si hay acuerdo, entonces vamos para adelante.”
Navarrete, rebajado al papel de mensajero, respondió: “¿Para qué? Si luego me vas a decir que no, porque se te agradece la propuesta, pero no quieres el debate. Para mi no tiene sentido lo que estas proponiendo…”
La publicación de esa charla, en la que El Peje reitera que los medios de comunicación ya no le importan, resultó un bumerán para los más radicales. A partir de allí se multiplicaron las negociaciones, las consultas. los acercamientos para desocupar la tribuna.
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El senador de Convergencia, Gabino Cué, había pasado ocho de sus últimas 15 noches en el salón de sesiones de la Cámara alta.
La menuda figura del diputado perredista de Nueva Izquierda, Victorio Montalvo, atravesó a toda prisa el auditorio del Edificio “E” del Palacio Legislativo de San Lázaro, habilitado como recinto alterno. A no pocos les extraño su presencia en el lugar.
Hasta ese jueves, ningún integrante del PRD, salvo la presidenta de la mesa directiva, Ruth Zavaleta, había pasado lista y mucho menos participado en las votaciones. Montavlo no era el único perredista presente. Moisés Félix Dagdug Lutzow, participaba también en la sesión donde se votaría el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal, que, a semejanza del IFE, preveía el escalonamiento de los consejeros del IEDF.
“Me parece una estrategia errática confrontar directamente a un poder como el Legislativo. Es una actitud insana para el país, que no contribuye a un desarrollo político de nuestro país. Me parece que también los legisladores tenemos una opinión en lo personal, que debemos manifestar y si bien hemos coincidido en algunos métodos de lucha, en está, no copincidimos, Hay que decir, de cara a la opinión pública, que no estamos de acuerdo con estos métodos que se alejan de una discusión sana y que también nos ha costado mucho.
Militante fundador del PRD, Montalvo confiesa que le da “mucha pena” la imagen que su partido da a la opinión pública. “Desde joven yo participe en un movimiento, en la conformación del Frente Democrático Nacional. Ahora vemos como ese esfuerzo y ese instituto, que hemos construido miles de mexicanos, se está cayendo por la voluntad de un solo individuo (Andrés Manuel López Orador) que se niega a debatir de cara al partido.
Montalvo lamentó que, por una filtración, los perredistas de infantería se hayan enterado de su forma irresponsable que el legítimo tiene de actuar. “Por eso que estoy aquí, convencido de mi papel de legislador federal”, subrayó.
El hombre asegura que muchos más legisladores de su partido están en desacuerdo con las formas de actuar de los obradoristas. “Un asunto es que por estrategia política, por no quemarse ante liderazgos del mismo partido, no lo manifiesten. Pero yo creo que hay que dar la cara ante la sociedad” , puntualizó.
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El senador de Convergencia, Gabino Cué, había pasado ocho de sus últimas 15 noches en el salón de sesiones de la Cámara alta. El oaxaqueño, convencido de que lo que realizaba era un acto de “resistencia civil”, fue. junto con las senadoras Rosario Ibarra, María Rojo, Yiedckol Polevnsky, y Rosalinda López Hernández, uno de los más asiduos ocupantes de la tribuna. Esta conciente, sin embargo, de que el Frente Amplio Progresista pagara altos costos.
“Sabíamos que una acción de esta naturaleza iba a generar reacciones de diferentes sectores; sabíamos lo que iba a pasar y asumimos el costo, porque el asunto que se defiende no es una cosa menor. Fuimos muy cuidadosos en la acción, que no fue violenta. Fue una acción totalmente pulcra. en el marco de esta acción fuerte, dura, también los senadores del Frente Amplio hemos actuado con mucho cuidado y prudencia. En el recinto nunca hubo excesos de comida, de cigarro, alcohol en ningún momento, porque respetamos el espacio. Pero obviamente que tuvimos que asumir ése costo.
--¿Valio la pena?—atajamos.
-- Sí, una de las cosas que nos preocupaba es que no hubiera un debate amplio y pareciera que así lo esta perfilando la propia Comisión de Energía, que confirmará, en su momento, todo su programa de debate a través de la Junta de Coordinación Política, se hablaba de un albazo legislativo para aprobar la reforma energética, pero en este periodo ya no se metió.
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