Arropada por el PAN, descobijada por la izquierda.



Ruth Zavaleta, la mujer que desafió a los ayatolas amarillos.


El lleno que registraba el vestíbulo del Palacio Legislativo de San Lázaro no lograba tapar el vacío producido por la ausencia de los líderes de izquierda. Ruth Zavaleta, presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, la mujer que desafió a López Obrador y lo califico de “buscapleitos de cantina”; la que mantuvo la línea institucional, a pesar de las presiones de los radicales de su partido, rendía su informe de labores cobijada, principalmente, por personalidades de la llamada derecha y por el gobierno federal.

La anunciada presencia de la primera dama, Margarita Zavala, de la canciller Patricia Espinosa, y del secretario de gobernación, Juan Camilo Mouriño, quien finalmente no llegó, estaba al origen del vacío que le hacían a Ruth, hasta los dirigentes de Nueva Izquierda, corriente del PRD a la que pertenece.

Jesús Ortega, Carlos Navarrete, y Guadalupe Acosta Naranjo, brillaban por su ausencia. El presidente substituto del PRD era el más obligado a asistir. Había sido compañero de Zavaleta en el movimiento Punto Critico. “¡Gracias Guadalupe, por jugártela conmigo!”, ironizó Ruth, a la mitad de su discurso.

Javier González Garza, coordinador de la fracción del PRD en San Lázaro, también se había esfumado. ¿El pretexto? Una reunión de última hora convocada por el Frente Amplio Progresista, en casa de la maestra Ifigenia Martínez, para afinar la reforma energética.

La propia Ruth había confirmado a Vertigo, la víspera, la presencia en el acto de Cuauhtémoc Cárdenas. Pero el ingeniero tampoco acudió. ¿Qué pasó? ¿Porque no vino? le preguntamos a la diputada perredista. “No se, no tengo idea”, repuso la diputada, un tanto desolada. Un panista allí presente venia de una comida con empresarios. “Allí se quedó el ingeniero Cárdenas”, dijo.

La presencia en tribuna del perredista José Luís Sánchez, vicepresidente de la mesa directiva, había sido anunciada por el altavoz. Tampoco estaba. En la ceremonia hablaron los coordinadores de las distintas fracciones parlamentarias, o de sus representantes, pero no hubo discurso del PRD, ni de Convergencia, ni del PT.

“Todavía no nos atrevemos…”, lamentaba el perredista Víctor Hugo Círigo, presidente de la Comisión de Gobierno en la Asamblea Legislativa, convencido de que la ausencia de una buena parte de las personalidades de izquierda se debía al temor que tienen al “golpeteo interno”, que en las ultimas semanas, conforme se polarizan las cosas en el PRD, se hace mas intenso.

“Les da urticaria codearse con actores del PAN y del gobierno”, manifestaba, por separado, el senador Rene Arce, dirigente de Nueva Izquierda en el Distrito Federal. Marco Rascón, de la desaparecida Asamblea de Barrios, donde también militó Ruth, lamentaba también ese vacío. “Es una barbaridad, esto es culpa de los talibanes de siempre, pero la sociedad se los va a ejecutar”, predijo el que fuera Superbarrio.

El ex ceuista Fernando Balaunzarán, secretario de formación política del CEN del PRD, se apuraba a justificar la ausencia de Acosta Naranjo. Decía, a quien quisiera escucharlo, que el agradecimiento de Ruth a Acosta Naranjo era real, y no irónico, como todo mundo lo interpretó..

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El acto, sin embargo, resultó muy concurrido. En un inicio se habían colocado 500 sillas en el vestíbulo del Palacio Legislativo. Tuvieron que colocar 100 más. En primera fila, además de Margarita Zavala, estaban sentados Maria del Carmen Alanís, presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; José Luís Soberanes, ombusdman nacional; Emilio Álvarez Icaza, ombusdman capitalino, Leonardo Valdez Zurita, consejero presidente del IFE; Abelardo Escobar, secretario de la Reforma Agraria. Patricia Espinosa, la canciller, y el senador Santiago Creel, presidente de la mesa directiva en el Senado

El diputado externo del PAN, Diódoro Carrasco, ex secretario de Gobernación, esperaba ya el vacío que le hicieron a Ruth sus correligionarios. “Lo extraño hubiera sido que Valentina Batres hubiera estado aquí aplaudiendo”, dijo.

Las más bravas resultaban las diputadas del PAN Pilar Ortega, Martha García Müller y Yolanda Garmendía. Las tres confesaban su admiración por Ruth y su rechazo los perredistas que le hicieron la vida imposible durante su gestión como presidenta de la mesa directiva. Es mujer, y sí pudo, coincidían. Garmendia no se quedó con las ganas de darle un llegue al pelafustán de Juan Guerra, uno de los vicecoordinadores del PRD, quien fue de los que más cuestionó a Zavaleta, según las panistas.
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Zavaleta fue la última en hablar. “Cuando fui elegida sabia que la coyuntura seria una de las más complejas en las historia del parlamento nacional”, recordó. No se equivocó. La polarización política derivada de las elecciones del 2006, la división interna en su partido, su determinación para actuar en forma institucional y no partidaria, le ganaron animadversión entre sus correligionarios.
Ruth abordo los dos temas del momento: Reforma Energética y Seguridad Publica.
Dijo de la reforma energética:
“Necesitamos que Pemrex se preserve como una empresa estratégica para la economía y la seguridad nacional; es decir, que se conserve como propiedad de la Nación, per que mejore en su operación, se modernice en términos organizacionales y tecnologicos, mejore su estructura financiera, goce de autonomia en su funcionamiento y transparencia en su rendición de cuentas.
“Creo, sinceramente, que si es posible llegar a un acuerdo entre todas las fuerzas políticas para hacer la reforma que Pemex necesita. Estoy convencida de que la propuesta que presentará la fracción del PRD, es la demostración de que la izquierda puede ser y es propositiva; que esa izquierda no se intimida ante ningún desafío, un se aturde ante la adversidad
En el candente tema de la seguridad pública lanzo una advertencia:
“O se asume con transparencia y decisión el combate a la inseguridad y a la delincuencia organizada, o la ciudadanía es capaz de asumir exigencias más radicales contra la ineficiencia del sistema político y sus diferentes actores”, dijo.
La ronda de discursos fue abierta por Héctor Larios, coordinador de la bancada del PAN en San Lázaro. El sonorense destacó el papel jugado por Zavaleta en los momentos de crisis. Recordó:
“Terminaba en su parte ordinaria en el mes de abril con la toma de tribuna y, entonces, planteamos todos la importancia de que el Congreso siguiera funcionando y tuvimos el respaldo cabal de la Presidencia para sesionar en una sede alterna. No se afectó la vida institucional de la Cámara de Diputados.
“Entonces me di cuenta y corroboré que Ruth Zavaleta no solamente cumple su palabra que empeña en un acuerdo, sino que también tenía, contra muchas dificultades, la decisión y la disponibilidad de cumplir su palabra empeñada, cuando protestó cumplir y hacer cumplir la ley, y en la política ese es un tema central”.
“La actuación de Ruth no solamente enaltece a ella sino enaltece la participación de las mujeres en la política. Queda acreditado de manera plena, que las mujeres están preparadas para asumir con éxito y con capacidad cualquier cargo público que le sea encomendado”, puntualizo
El coordinador de los diputados del PRI, Emilio Gamboa Patrón, tampoco estaba en el vestíbulo. La bancada tricolor se encontraba reunida en Ixtapan de la Sal, Estado de México. Pero le envió una carta a Zavaleta, a la que dio lectura el diputado Juan Manuel Parás González

En la misiva, Gamboa expresa su admiración por la institucionalidad y firme compromiso en buscar los consensos necesarios que la perredista mostró a lo largo del año legislativo. “Su compañerismo y gran capacidad de dialogo dieron cause a un Congreso que transita; mantuvo ante las fatídicas consecuencias que muchos auguraban, un Congreso en paz, con serenidad y que logró, sin duda, resultados importantes para todos los mexicanos.

Santiago Creel habló a nombre de lo senadores. Elogió, como todos los oradores , la institucionalidad mostrada por Zavaleta, quien deja la presidencia de mesa directiva a finales de este mes.

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