“Se chamaquearon a Navarrete”: Monreal.




Excluyen al PRD del gobierno en el Senado




El ambiente en el Senado de la República contrastaba con los tambores de guerra que los perredistas habían sonado durante toda la semana. Contra todos los pronósticos, el panista Gustavo Enrique Madero rendía protesta como presidente de la mesa directiva de la Cámara alta, en una sesión tranquila y ordenada.

Los senadores, incluidos perredistas, convergentes y petistas, habían depositado su voto minutos antes en la urna transparente colocada frente a la tribuna. El resultado no dejaba lugar a dudas. Los 89 legisladores presentes en el salón de sesiones respaldaban la planilla única encabezada por Madero. En ella figuraban dos perredistas: Yeidckol Polevnsky, como tercera vicepresidenta; y Claudia Corichi, como secretaria.

La magia de la negociación y promesas de mejores posiciones para el Partido de la Revolución Democrática habían neutralizado el conflicto.

Carlos Navarrete, coordinador de los senadores del PRD, observaba desde su escaño, la resignación dibujada en el rostro, los momentos en que el panista estiraba el brazo y gritaba¡Si, protesto! La única señal de inconformidad que el político guanajuatense hizo ostensible fue su rechazo a aplaudir. Permaneció con los brazos cruzados cuando la ceremonia terminó.

Todavía la víspera, se declaraba decido a presentar su propia planilla, lo que hubiera dado al traste con el tan cacareado consenso.

Navarrete había hecho todo por estar en el lugar de Madero: amagar, amenazar, negociar, denunciar. No le funcionó. La indisciplina de los senadores leales a Andrés Manuel López Obrador, aunada a las broncas de la corriente Nueva Izquierda con el Frente Amplio Progresista, aconsejaban dejarlo fuera de la mesa directiva.

Una y otra vez Navarrete aseguró que tenía el compromiso verbal del panista Santiago Creel y el priista, Manlio Fabio Betrones, de que el Senado seria dirigido por consenso y con la participación de las tres principales fuerzas partidarias, durante toda la legislatura. “Si a partir de septiembre el Senado se va a dirigir por dos fuerzas, el PAN y el PRI, que asuman sus consecuencias, que ellos decidan qué hacer”, declaraba a principios de la semana.

En su desesperación, buscaba amarrar navajas: “Si el PAN requiere que el PRI lo agarre a fuetazos para poder acceder a sus demandas, que Gustavo asuma ese papel y que reciba esos fuertazos de Manlio Fabio Beltrones, y si lo va a premiar con ello, dividiéndose el Senado entre el PAN y el PRI, pues que ellos asuman las consecuencias…

“Nosotros sabemos ponernos el traje para la corresponsabilidad, pero también tenemos toda la experiencia para ponernos el traje de guerrero, cuando en el Senado sea necesario”

Pero ni Creel, ni Manlio, reconocían la existencia de ese pacto. El panista comento a Vértigo que es falsa la versión difundida por Navarrete, en el sentido que había un acuerdo verbal, celebrado en septiembre del 2006, que establecía que PRI, PAN y PRD gobernarían alternativamente el Senado a lo largo de la Legislatura.“Los acuerdos son por consenso y se hacen año con año. ¿Como iba yo a aceptar, con el 42 por ciento de los senadores, que el partido en el gobierno se quedara sin representación en los órganos de gobierno?”, preguntó el legislador del PAN Y El priista Manlio Fabio Beltrones: “Soy un hombre de palabra, cuando acuerdo algo, recuerdo perfectamente el tema; con quien lo hice, el lugar, y hasta la hora…”, comentó entre sus colaboradores.

En la última reunión de la mesa directiva del Senado, que se celebró la noche del martes, la senadora, Yeidckol Polevnsky, advirtió a los asistentes que el PRD radicalizaría su postura si lo excluían. “Se puso muy dramática. Nos amenazó con que las cosas se iban a poner difíciles, por haber hecho a un lado a Navarrete”, narró uno de los testigos. Llego la mañana del jueves. Era la última negociación. A mediodía estaba citado el pleno para elegir al presidente de la mesa directiva. Panistas y pristas le ofrecieron a Navarrete un premio de consolación; la presidencia del desairado Instituto de Investigaciones Legislativas. Pero eso si, con el compromiso explícito de reforzarlo, y ponerlo al nivel de los órganos de gobierno del Senado.

Otro compromiso logrado en la mesa de negociaciones fue el de “revisar” el porcentaje que la Ley Orgánica del Congreso exige a los jefes de bancada para presidir la Junta de Coordinación Política. El mínimo requerido es contar con el 25 por ciento de los escaños. La bancada del PRD tiene 26 de los 128 senadores. A Navarrete simplemente no le alcanzaba tampoco para aspirar a suplir a Beltrones en ese cargo. El priista permanecerá un año mas al frente del órgano de gobierno interno de la cámara de senadores.
“Se lo chamaquearon…”, dijo a Vértigo el senador Ricardo Monreal. Según el zacatecano, Beatriz Paredes, jefa nacional del blanquiazul, le dijo a Manlio Fabio Beltrones que tenía un compromiso con el PAN para que ningún integrante del PRD ocupara los órganos de gobierno en año electoral. “Les recordé (a los senadores de su partido) que hace dos años también nos hicieron la promesa de modificar la leyes y no lo cumplieron”

En la trinchera del PRI, todo era satisfacción. Una vez más se quedaban con la parte del Leon. Beltrones sabía que, otra vez, les había ganado la partida. Contento, afable, respondía a cuanta pregunta le hacían

“Lo que se ve no se juzga, de tal manera que si hoy tuvimos una sola planilla, que fue votada de manera casi unánime, ya que hubo algunas ausencias. Eso habla del gran esfuerzo que llevamos a cabo en el Senado de la República por garantizarle en primer lugar su gobernabilidad, no ponerla en riesgo.

“Es una magnífica oportunidad para que el senador Gustavo Madero, en el año que le toca presidir la Cámara de Senadores, nos muestre su voluntad política y la preparación que ha adquirido de muchos años, de ser un buen conciliador de intereses distintos”

--¿Qué pactaron?—preguntaron los reporteros al de Sonora.
-- Tuvimos una reunión en las oficinas de la Junta de Coordinación Política, que presido, en donde estuvimos de acuerdo de buscar mecanismos de carácter legal que privilegien no nada más la corresponsabilidad, sino también el ejercicio de los órganos de gobierno, de las fuerzas más importantes del Senado de la República. Esa ruta la tenemos que caminar juntos y encontrar fórmulas, que hasta hoy no están a la vista, pero estoy seguro que trabajando conjuntamente, las encontraremos.

Madero estaba nervioso, pero satisfecho. Poco antes de ser votado ofreció una rueda de prensa para informar del acuerdo que los coordinadores acababan de tomar. “Estamos haciendo el compromiso de revisar, a partir de la LXI Legislatura, la Ley que atiende la conformación de la Junta de Coordinación Política, para que pueda reflejarse en ese órgano la pluralidad del Senado.

El panista aprovechó la presencia de los reporteros para reconocer la generosidad de los coordinadores parlamentarios durante las negociaciones. “Manifiesta un compromiso por la institucionalidad y por la fortaleza del Senado”, puntualizó.

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